A menudo soy egoísta, mezquino y celoso. Me enervo fácilmente frente a la gente que me quiere y, sin embargo, tengo muchísima paciencia con la gente que no me importa o que no me debería importar (porque imagino que algo sí que me importa, claro, me importa la impresión que causo en los demás, incluso cuando la impresión que los demás han causado en mí es nefasta). De vez en cuando pienso que la forma en la que yo quiero hacer las cosas es la mejor forma de hacer las cosas. Soy neurótico, obsesivo, tengo una personalidad migrañosa. Me interesa construir una sociedad que se inclina hacia la justicia y la objetividad, que huye de los linchamientos individuales, pero a veces, en lo personal, disfruto (o fantaseo) con la venganza. Soy capaz de discutir hasta que la otra persona se termina cansando y abandona la conversación por puro agotamiento. En un día verdaderamente malo no estoy de acuerdo con nada, ni siquiera con las cosas con las que estoy de acuerdo, ni siquiera con las cosas que yo mismo digo. Soy perezoso y domino la procrastinación, muchas veces esto está relacionado con mi neurosis. Algunos días no creo en nada. No sé cómo funcionan los bancos, ni los centros de salud, ni la seguridad social, ni las páginas web de las aerolíneas. Tampoco sé leer contratos y, desde luego, no sé cuál es el precio justo del trabajo (y sea cual sea, siempre me resultará demasiado bajo para lo mucho que nos quita).
También soy generoso, compasivo y amable. Hago tonterías para que mi perro se ría, le canto canciones de amor inventadas. Estoy seguro de que, si tuviesen un problema y necesitasen desahogarse o pedir algún consejo, la mayoría de mis amigos me llamarían a mí. Disfruto escuchando a las personas, me gusta que me cuenten sus anécdotas. Casi siempre soy sincero y, cuando no lo soy, suele ser porque no estoy siendo sincero conmigo mismo o porque en ese momento la sinceridad es un puñal. Sé divertirme y también sé lo que tengo que hacer para que los demás se diviertan. Me gusta la educación y enseguida me siento agradecido. Siempre que puedo, intento ahorrarle a los demás momentos de vergüenza innecesaria. He sabido ganarme la amistad de personas de todo tipo, incluidas esas personas que aparentemente no tenían nada que ver conmigo. Soy capaz de bromear con la tragedia y soy capaz de tomármela en serio.
A veces he presenciado injusticias en silencio, otras veces, con mucho esfuerzo, he hablado cuando nadie estaba dispuesto a decir nada. He intentado encontrar cosas bellas en lugares oscuros, y he acertado tantas veces como me he equivocado. He imaginado lo mejor y lo peor de cada situación. He sido un gran amigo y he sido un amigo terrible. He sido un gran hijo y he sido un hijo terrible. Imagino que en algún momento he llegado a ser una sombra en la vida de alguien, como hemos sido todos. Hay sombras mejores que yo, sin duda, y también hay sombras mucho peores.
Soy tan culpable como inocente. Con un poco de suerte, creo que he podido aprender algo de ambas cosas.
Para terminar, una frase de John Cassavetes: «He visto a personas destruirse a sí mismas de la forma más insignificante, he visto a personas aislarse, he visto a personas esconderse detrás de ideas políticas, detrás de la droga, detrás de la revolución sexual, detrás del fascismo, detrás de la hipocresía, y yo mismo he hecho todas estas cosas. […] Tenemos problemas, problemas terribles, pero nuestros problemas son problemas humanos».

Una persona, en definitiva ❤️ Qué fácil es idealizar y condenar, tanto a nosotros mismos como al resto de personas que nos rodean... Gracias por compartir tus luces y tus sombras con tanta honestidad (¡y con un estilo que atrapa, la verdad!). Un abrazo fuerte.
«Hay sombras mejores que yo, sin duda» Vaya trabajo de honestidad este texto 🩶 Precioso.